Convivencia en Teno Alto

Una vez más nos reunimos para pasar un fin de semana en Teno Alto.  Del 4 al 6 de Septiembre, de viernes a domingo, nos reuniomos para compartir paseos, buena comida y bebida y mucha, mucha conversación. En Naturaten, más que socios, somos un grupo de buenos amigos y amigas que se amplía cada vez que alguien se acerca a compartir con nosotros tiempo y espacio. ¡Y solo por 45€ por persona todo incluido! ¿Se puede pedir más?

DSC_1388Teno Alto es siempre una fuente de inspiración, un paisaje sorprendente que no se parece a nada más, que nos recuerda como, incluso en una isla, puedes alejarte de todo y disfrutar de la soledad en contacto con la naturaleza y los elementos.

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Pero en Naturaten también estamos apegados a la tierra y nos gusta disfrutar de la buena comida y la buena bebida

 

 

 

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Pero no todo va a ser comer. Uno no le sacaría a la escapada todo el jugo si no aprovechase para hacer una caminata por los áridos y singulares paisajes de la zona, disfrutando de la desnudez que mejor nos acerca a nuestra condición de seres humanos.

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Convivencia en Teno Alto

Repetimos en Casa Antonio en Teno Alto. Un pequeño grupo pero un fin de semana memorable, a pesar del frío nocturno en pleno mes de Agosto. Como siempre, Teno Alto es una experiencia diferente, extrema y cautivadora. Nuestros desayunos siguen siendo los «desayunos Naturaten», y nuestra gastronomía es espectacular incluso en condiciones adversas. Así que pasamos dos días memorables y al mismo tiempo relajantes. Vimos un cielo estrellado como solo se puede ver en muy contadas ocasiones y en muy contados lugares, gracias a nuestra improvisada zona «chill out», y hasta disfrutamos de los anillos de Saturno a través del telescopio.

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Fin de semana en Teno Alto

El fin de semana resultó una experiencia única.  Iniciamos el ascenso hacia Teno Alto  desde Buenavista a través de una carretera estrecha y serpenteante que atraviesa un monte verde en el que la bruma se muestra siempre más o menos presente y, una vez sobrepasado el pequeño caserío de Los Bailaderos, nos encontramos con un paisaje extraordinario.  La vegetación es escasa y dominan las hierbas secas, altas y acostadas por el viento que modela también los pocos árboles.

Después de algunas revueltas buscando la casa según las indicaciones que su propietario, Antonio, describe en su WEB, llegamos finalmente. La construcción es de lo más elemental ya que se trata de unas viejas cuadras rehabilitadas. Los diferentes cubículos en los que se guardaba el ganado han sido remozados levemente y convertidos en dormitorios, cocina y baño en una singular disposición lineal que, si bien protegen del viento reinante, obligan a salir al exterior para pasar de uno a otro. Totalmente acorde a lo natural del entorno y de los ocupantes.

Esa primera tarde fuimos llegando los primeros poco a poco y empezando a disfrutar del fin de semana, del sol y de las magníficas vistas del mar y de la Gomera que se divisaban desde la casa lo mismo que seguimos haciendo los demás días. El tiempo se nos pasó entre aperitivos de categoría y relajadas charlas al sol.

También disfrutamos de interesantes caminatas que nos hicieron descubrir parajes insospechados, como el camino que une Teno Alto y La Palmita que, aunque no lo recorrimos en toda su extensión, discurre por zona húmeda y boscosa salpicada de terrenos cultivados cuyos difíciles accesos permiten adivinar la dureza de las condiciones de vida de los pobladores de este territorio.

Totalmente distinto fue el paisaje por el que caminamos desde la casa hacia el horizonte con la intención de asomarnos a los barrancos y acantilados que conforman la costa noroeste de la isla. La caminata tuvo premio y disfrutamos de un paisaje sorprendente y unas vistas espectaculares de la Punta de Teno y su faro.

Tras el regreso, y como no podía ser de otra manera, un almuerzo sustancioso y reconfortante en la barbacoa atendida por nuestro Maestro Asador. Esta comida fue la última de las muchas que se sucedieron, desayunos, almuerzos y cenas en las que de nuevo degustamos suculentos platos regados generosamente. El naturismo y la gastronomía disfrutados en los mejores lugares y en la mejor compañía.

En esta ocasión hubo incluso actividades extraordinarias, como la contemplación del cielo con telescopio que permitió, según cuentan los esforzados que madrugaron para asistir al magno evento, observar Júpiter en todo su esplendor y con excelente detalle. En definitiva, y como no podía ser de otra manera a la vista de lo ocurrido hasta ahora, una experiencia memorable, interesantes descubrimientos de la geografía de nuestra maravillosa isla y momentos divertidos y gratificantes que, sin duda, se repetirán.