¡Y nos fuimos a vendimiar… desnudos!

Y tal como estaba previsto nos fuimos de vendimia. Después de todo no fuimos muchos los valientes pero, en cualquier caso, fue una actividad divertida, estimulante y entre amigos ¿qué más se puede pedir?

vendimia 2015

Tal como estaba previsto llegamos a las 10:00 a la Bodega y fuimos recibidos por Felipe Monje que, una vez más, llevó su papel de anfitrión más allá de lo que el mero deber le exigía, convirtiendo nuestra estancia en los viññedos y la bodega en una experiencia inolvidable. ¡Gracias Patrón!       web00

Nada más llegar hicimos una visita a la finca y nos fuimos familiarizando con las diferentes variedades de uva y sus formas de cultivo. Igualmente pudimos constatar que los racimos ya nos esperaban listo p0ara rendir sus frutos a nuestra inexperta mano.

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Tras las explicaciones y recomendaciones de Felipe, y una vez ya en «traje de faena», nos pusimos manos a la obra

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Pero como la faena abre el apetito, no estaba de más hacer una parada para reponer fuerzas degustando el típico bocadillo de sardinas acompañado, como no podía ser de otra manera, de un estupendo Hollera de maceración carbónica. Todos en fila a buscar el bocadillo…

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Y tras la vendimia, toca pisar la uva. Nuestra magra cosecha fue llevada al lagar y colocada en las cubas, donde la pisaríamos y donde no pudimos sustraernos a dejar testimonio gráfico del evento. Y, de nuevo, el desgaste de energía de la tarea se suple con un combustible de lujo: Monje Tradicional

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Finalizado el pisado de la uva, llega el momento de pasar a actividades más reposadas. Iniciamos la bajada a la bodega donde disfrutaremos de la cata maridada de tapas y vinos:

Dragoblanco 2014 con cuenco de Pulpo a la vinagreta
Bibiana Monje 2014 con Ventresca de atún y tomate
Monje tradicional 2013 con Croquetas de morcilla
Monje Listán Negro 2012 con montadito de Cochino negro
Monje Moscatel 2009 con Bombones de Vinagre Macho
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En definitiva y como esperábamos, una experiencia diferente, estimulante (por momentos bastante estimulante gracias a los buenos oficios del vino) y que merecerá la pena repetir. Esperemos que al Páter no le haya dado un soponcio…

¡Nos vamos de Vendimia Nudista!

Estaremos en Bodegas Monje  y esta es la propuesta del Páter:

10:00h Llegada a la bodega y paseo por las viñas

10:30 -12:30h Vendimia de Listán Negro y Bocata de sardinas, cebolla y tomate acompañado con Hollera Monje 2014

12:30 – 13:30h traslado uva a la bodega y pisado.

13:30 – 15:30h Degustación tapas + vinos

Dragoblanco 2014 con cuenco de Pulpo a la vinagreta
Bibiana Monje 2014 con Ventresca de atún y tomate
Monje tradicional 2013 con Croquetas de morcilla
Monje Listán Negro 2012 con montadito de Cochino negro
Monje Moscatel 2009 con Bombones de Vinagre Macho
Café

15:30 -….tiempo libre para una siesta bajo las parras, jajaja

Una experiencia diferente y seguramente muy, muy divertida… Ya publicaremos el reportaje

vendimia 2015

Visita a Bodegas Monje

Esta ha sido una actividad muy especial, de ahí el uso del color vino para describirla.
A las 8 de la mañana nuestro alisio ya prometía un día gris en el norte de Tenerife. De ahí que consultase al Páter desde temprano como andaba la viña y como veía el cielo. «Nublado» me dijo, «pero aquí les espero». Ciertamente estaba nublado y la verdad es que no apetecía desnudarse pero aún así iniciamos un interesante visita al viñedo de Bodegas Monje acompañados de Felipe, corazón y motor de una visión especial de entender el negocio. Como él mismo dice, «una forma romántica de hacer vino».
Recorrimos el viñedo entendiendo las peculiaridades de nuestra isla, de sus variedades supervivientes de la filoxera, intentando memorizar «tintilla», «listan», «vijariego», «babosa»… y descubriendo que la viña es dura de trabajar y delicada de cuidar. Llegados a la bodega del vinagre, en la era hicimos la primera cata: Dragoblanco, ligero y refrescante, Evento, singular y brillante y Hollera, tinto maceración carbónica suave y juvenil.
De regreso ya hacia la bodega Felipe nos llevó al pequeño barranco que bordea la finca y compartió con nosotros sus proyectos, el jardín, el pequeño auditorio, los eventos…
Cuando por fin llegamos a la bodega, la mayoría de nosotros habíamos ido desnudándonos aprovechando el calorcillo de la cata y del paseo y así seguimos durante el aperitivo que, de nuevo, se basó en una cata maridada con esmero. De nuevo una copa de Dragoblanco para acompañar a un salpicón de pulpo con cebolla y pimiento. Un Monje Tradición para unas garbanzas compuestas servidas en cazuelitas que entraron de maravilla en el frescor de la bodega. Un Listán Negro, palabras mayores, para el disfrute del montadito de cochino negro asado con chalota confitada, manjar donde los haya. Por último el Monje Padre tinto dulce que con unos bombones de vinagre era el colofón perfecto para una mañana que recordaremos con deleite por mucho tiempo.
Muchas gracias a Bodegas Monje y especialmente a Felipe por el recibimiento y la compañía. A Zoraida por el aperitivo y su aplomo entre tan singular clientela. Volveremos