Fin de semana en Villa Perenquén

Aunque no siempre logramos llevar a cabo las actividades programadas pues, entre otras cosas, el tiempo juega malas pasadas, esta vez todo salió bien y pudimos disfrutar de un amplio fin de semana (de viernes a domingo) en un conjunto de casas rurales inmerso en una gran finca de plataneras y a pocos metros del mar: Villa Perenquén, en la localidad sureña de Playa de Alcalá. No fuimos muchos (siempre hay problemas) pero creo que a todos nos quedó un magnífico recuerdo de la experiencia.
Llegamos el viernes por la tarde, nos distribuimos entre las casa y habilitamos la cocina de una de ellas como cocina principal. Luego tomamos unos aperitivos para cenar posteriormente un magnífico abadejo a la brasa preparado por Eddy (a los hombres les tocaron las labores culinarias). La realidad es que se nos unió el aperitivo, la cena y una larga charla que se mantuvo hasta el momento de irnos a la cama. Por la mañana, después de desayunar, nos fuimos algunos a hacer una pequeña excursión por la zona de Chirche.
Tomás y Suso se quedaron en las casas y Pedro llegó durante esa mañana. A la vuelta de la excursión Tomás nos tenía preparado un almuerzo a base de pollo que hizo la delicia de todos los comensales y por la tarde bajamos a la costa donde Miguel nos encontró una zona de baño en unas charcas naturales.
Después del baño una nueva cena suculenta, esta vez Miguel fue el artífice de un arroz con verduras memorable. La verdad es que el hecho de que fuera 100% vegetariano nos liberó un poco la conciencia por un fin de semana tan poco austero… de todos modos nadie dijo que tenía que ser un retiro ascético ¿no?
El domingo, después de un desayuno con fruta natural, champán y otras delicatessen fuimos a una nueva caminata por los altos de Alcalá en la zona que llaman del Jaral y enlaza con el «camino de la cumbre». Con una pendiente de más del 30% el desayuno hizo su trabajo para no dejarnos desfallecidos. Un ejercicio saludable en un entorno maravilloso, un descubrimiento para todos los que fuimos. Al volver Eddy volvió a agasajarnos con un plato de pollo al jengibre acompañado de pasta que dio lugar a una relajada y dilatada sobremesa. A media tarde recogida y foto oficial de la actividad. Como de costumbre unos días estupendos en buena compañía y para disfrute de la naturalidad en su máxima expresión.